El lunes 14 de octubre, en el salón La Estación de la localidad de Quilino, se llevó a cabo el acto de juramento de nueve de los vecinos que fueron seleccionados como facilitadores judiciales en la asamblea realizada el pasado septiembre.
El acto contó con la presencia del administrador General del Poder Judicial de Córdoba, Luis Sosa Lanza Castelli; el inspector de la Justicia de Paz, Ricardo de Toro y la coordinadora ejecutiva del programa de Facilitadores Judiciales de Córdoba, Ileana Oliva.
El Programa de Facilitadores Judiciales, promovido por la Organización de Estados Americanos (OEA), tiene como objetivo generar acceso a la justicia en los sectores más vulnerables de la sociedad y ayudar a resolver conflictos de baja intensidad, para evitar que se judicialicen o, en su caso, se agraven.
Otro de sus objetivos fundamentales es dar visibilidad a aquellas personas que, muchas veces, están alejadas de los centros urbanos, en el interior de la provincia, para brindarles la posibilidad de derribar barreras y hacer efectivos sus derechos.
Los facilitadores judiciales son líderes comunitarios que actúan voluntariamente como enlace entre el Poder Judicial y su comunidad que los ha elegido y designado para procurar el genuino y eficiente cumplimiento del derecho de acceso a la justicia
Los vecinos que juraron como facilitadores son María Inés Pérez, Eva Moyano, Sandra Díaz, Elvira Cáceres, Rosa Rodriguez, Mónica Ifrán, Marcela Olmos, Alejandra Argüello y Agustina Santillán.
En el juramento también estuvieron presentes el juez de Paz, Fernando Brunetti y Eliana Juncos, jueza de Paz de la localidad de San Pedro de Toyos; la fiscal de cámara, Carolina Elías; así como también autoridades policiales y familiares de los facilitadores. El evento, que contó con más de 40 asistentes, concluyó con la entrega de los atributos a los facilitadores y su primera capacitación.
Al finalizar el acto, la coordinadora del programa, Ileana Oliva, afirmó que “la jura de los facilitadores judiciales es la concreción del honor que significa, para un vecino, poder ayudar desde su lugar y con las herramientas que tiene a su disposición a sus otros vecinos”. También remarcó que “es el signo del compromiso simbólico con la comunidad y con su pacificación”.